Principales hitos de la Congregación Buen Pastor
Aportes de la Congregación del Buen Pastor a la comunidad de San Felipe
Las Hermanas del Buen Pastor llegaron a Chile en 1855 a través de una gestión realizada por el gobierno de Manuel Montt, el Arzobispo Rafael Valdivieso y apoyadas por la Sociedad de Beneficencia. Se instalaron en San Felipe para trabajar con los más necesitados: los huérfanos, las mujeres vulneradas y la educación de las más jóvenes.
La casa del Buen Pastor abrigaba un gran contingente de personas, quienes trabajaban para continuar las obras de rehabilitación y re-educación de detenidas y penitentes.
Las pensionistas, mujeres de diferentes edades, pero acomodada situación social, se educaban y perfeccionaban espiritualmente también en las dependencias de la congregación. Apoyaban económicamente la obra siendo algunas de ellas importantes benefactoras de la misión.
El Padre José Agustín Gómez (1830 – 1908) estuvo a cargo del Monasterio de Nuestra Señora del Buen Pastor en sus inicios, y trabajo junto a las hermanas por los más necesitados de Aconcagua.